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miércoles, 5 de agosto de 2015

La ciencia española retrocede una década: así disfraza el Gobierno los recortes en I+D



  • Los Presupuestos Generales del Estado de 2016 destinan 6.519 millones de euros a la I+D civil y militar en España.
  • La inversión en ciencia retrocede una década, al ser inferior a la proyectada en los Presupuestos Generales del Estado de 2006, donde se situó en 6.545 millones de euros.
  • El Gobierno de Mariano Rajoy dedica un 1,6% del PIB a la investigación e innovación, lejos del objetivo del 2% planteado para 2010.
Fue Santiago Ramón y Cajal el que dijo que "al carro de la cultura española le faltaba la rueda de la ciencia". Las premonitorias palabras del neurocientífico aragonés, galardonado con el Premio Nobel de Fisiología o Medicina en 1906, siguen pesando sobre la situación de la investigación en nuestro país. Una situación que vuelve a verse agravada tras la presentación del proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2016.La investigación española acumula recortes desde los Presupuestos Generales de 2011
En el que tal vez sea el último gran coletazo político de la actual legislatura, Cristóbal Montoro dio a conocer el documento que traza las líneas rojas de inversión del próximo año. El ministro de Hacienda y Administraciones Públicas insistió en la necesidad de mantener las políticas realizadas durante los últimos tiempos, estableciendo el límite de gasto público en el 37-38% del PIB.
Estas cifras también afectan al propio sistema de investigación científica y técnica en España, que lleva sufriendo recortes desde 2011. Aunque en el libro amarillo de los Presupuestos Generales del Estado el gobierno de Mariano Rajoy insiste en que la inversión realizada en ciencia "ha permitido aproximar los recursos públicos del sistema de I+D+i a la media comunitaria", lo cierto es que los datos contradicen las buenas intenciones del Ejecutivo.

España invierte menos que en 2006

Tras la rueda de prensa de ayer, fuentes del Gobierno insistían en el aumento de la inversión en ciencia planteado en los Presupuestos Generales del Estado de 2016. Según el proyecto, el gasto en I+D se situará en los 6.519 millones de euros, de los que 5.793 millones de euros corresponden a investigación civil. Esta última cifra representa un incremento del 2,2% con respecto a la inversión realizada durante el 2015.En 2009 la inversión en I+D alcanzó su cifra récord: 9.661 millones de euros
Un análisis más profundo revela que la situación no es tan optimista como pinta el Gobierno. Analizando la evolución histórica del gasto en I+D durante la última década, se observan perfectamente los recortes en ciencia realizados. El aumento del 2,2% no es más que maquillaje para disfrazar los más de 3.100 millones de euros de diferencia existentes en relación al ejercicio donde la investigación española contó con un presupuesto récord. Ocurrió en los Presupuestos Generales del Estado de 2009, cuando la inversión en I+D fue de 9.661 millones de euros.
El estado de la ciencia en España ha sido duramente criticado por personalidades como J. Michael Bishop, Premio Nobel de Fisiología o Medicina en 1989 por sus trabajos sobre el cáncer, quien en una entrevista en Hipertextual insistía en la necesidad de apostar por la I+D. A pesar del tímido incremento en los Presupuestos Generales del Estado para 2016, este ligero aumento no compensa los salvajes recortes realizados anteriormente.España debería haber alcanzado la inversión del 2% del PIB en I+D en 2010
La situación empeora todavía más al comprobar los objetivos que deseaba alcanzar España en materia de política científica. En la redacción del Programa de Convergencia (Ingenio 2010), el anterior gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero se planteó llegar a la inversión del 2% sobre el PIB en investigación para 2010, acercándose a la media comunitaria. Esa hoja de ruta también fijaba que el gasto en ciencia superara el 1,5% del PIB en 2007.
Con la presentación de los Presupuestos Generales del Estado para 2016, el gobierno de Rajoy alcanza el objetivo planteado hace nueve años (no tanto por el incremento presupuestario en I+D, sino más bien por la contracción del PIB nacional). La partida de 6.519 millones de euros destinada para el próximo año supone un 1,6% del PIB, una décima por encima del porcentaje deseado para 2007. Sin embargo, y a pesar del optimismo que destaca el libro amarillo de los PGE 2016, esta inversión queda lejos del 2% del PIB que deberíamos haber alcanzado hace ahora cinco años, y todavía más lejos del 3% del PIB que la Unión Europea pretende que los Estados miembro gasten en ciencia en 2020.
Los datos anteriores contradicen las afirmaciones planteadas en el libro amarillo de los Presupuestos Generales del Estado para 2016. Entre otras frases, resalta una en la que el propio Gobierno se felicita por haber "alcanzado hasta el momento actual unos niveles razonables de financiación pública en I+D+i". ¿Es acaso lógico que España alcance ahora objetivos fijados hace más de una década y se congratule por ello? Según Reinhilde Veugelers, regiones líderes en innovación como Dinamarca, Finlandia, Reino Unido, Alemania o Suecia han aumentado su inversión en ciencia a pesar de la crisis económica. Algo que por desgracia no ha ocurrido en nuestro país.

Presupuestos que no se gastan

Los problemas de la investigación española no se centran únicamente en un mero recorte presupuestario. Durante los últimos años, a los tijeretazos en la inversión total en I+D debemos sumarle el incremento de las partidas destinadas a préstamos (capítulos financieros de los PGE), créditos que no llegan a ejecutarse por completo nunca. De forma simultánea, el Gobierno también ha ido recortando el presupuesto dedicado a ayudas y subvenciones directas, partidas económicas que son aprovechadas directamente por los grupos de universidades y centros de I+D.
Como analizaban José Molero y José de Nó en el análisis de la Confederación de Sociedades Científicas en España, "atendiendo exclusivamente a los fondos asignados a I+D+i en los PGE (ni siquiera a los realmente empleados) no se puede decir que haya una acción decidida de impulso para que el conocimiento sea el motor del desarrollo económico de España".
Como se observa en la gráfica anterior, sólo en los Presupuestos Generales del Estado de 2006 y 2007 las partidas destinadas a ayudas y subvenciones eran mayores que las dedicadas a préstamos. A partir de 2008, la tendencia se invirtió ligeramente. En 2009, coincidiendo con el presupuesto récord dedicado a ciencia en España, el 52,93% de las partidas se dedicaban a préstamos y créditos, mientras que el 47,07% se destinaba a subvenciones y ayudas aprovechables por universidades y centros de investigación.La mayor parte del presupuesto se destina a préstamos y créditos, partidas que no se ejecutan por completo
Con la llegada de la crisis y los recortes presupuestarios, la tendencia iniciada en 2008 se fue acentuando. En los Presupuestos Generales del Estado de 2011, el 58,42% de la inversión se destinaba al capítulo financiero (préstamos), mientras que el 41,58% se dedicó a las ayudas y subvenciones. La llegada del gobierno de Mariano Rajoy agravó esta situación, puesto que en 2013 la mayor parte del presupuesto dedicado a ciencia se destinaba a préstamos y créditos (61,87%).
Durante los ejercicios de 2014 y 2015, la tendencia continuó. Ante las denuncias de la comunidad científica sobre la no ejecución de los gastos presupuestados y los graves recortes en I+D+i, parece que el Ejecutivo ha reaccionado mínimamente. En los Presupuestos Generales del Estado para 2016, se ha proyectado invertir un 56,65% en préstamos y un 43,35% en ayudas directas. Porcentajes que muestran, de nuevo, que el Gobierno hace oídos sordos a las críticas de los investigadores, ya que en ningún caso el documento presentado compensa las pérdidas y tijeretazos sufridos por la ciencia española en los últimos años.
Lejos de lanzar un mensaje esperanzador para la ciencia española, el proyecto de los PGE 2016 inciden en los mismos errores que los presupuestos de ejercicios anteriores: inversión bajo mínimos, proyecciones irreales hacia partidas que no llegan a ejecutarse y una visión cortoplacista del sistema de ciencia. Aunque los recortes económicos no son los únicos problemas que tiene la investigación a nivel estatal, muy mermada por la fuga de cerebrosy la nula retención de talento, lo cierto es que los PGE 2016 no hacen sino agravar la crisis de la ciencia en España, comprometiendo con ello el futuro del país.


Original

domingo, 3 de agosto de 2014

La factura de la luz (cómo cobran la energía eléctrica)

¿Por qué sube la factura de la luz? ¿Cómo funciona la tarifa?

Viendo anoche La Sexta Noche recordé un artículo muy interesante que había leído no hacía mucho tiempo y quiero rememorar para que podáis leerlo.

Como bien explicaron anoche, a continuación se trata el tema y precios del mercado, las tasas y ajustes de precios por transporte, subvenciones y demás van a parte.

¿Son tan malas las nucleares como nos las quieren vender? No, lo que existe es una gran ignorancia por parte de la gente y mucho escepticismo.

¿Tienen las renovables futuro? Claro que sí. De hecho, son el futuro. Pero en este país, España, como casi todo lo que tiene que ver con nuevas tecnologías, se ha hecho mal. 




¿Energía a coste cero? Las renovables lo pueden conseguir pero seguiremos pagándola


El Mercado Eléctrico de Australia funciona de forma similar al español: existe un mercado mayorista común a donde llega toda la energía producida independientemente de su fuente (renovable, nuclear... a fin de cuentas, no deja de ser energía). Las compañías comercializadoras, que se encargan de llevar la electricidad hasta los hogares de los consumidores, acuden a él para participar en las subastas diarias y adquirir dicha energía.

El precio que pagan estas empresas depende, lógicamente, de la oferta de energía disponible y la demanda que procede de los consumidores. Por eso, suele ser habitual que por la noche, mientras la gente duerme, el precio caiga. Por el día abren las oficinas y las personas ya están despiertas utilizando electrodomésticos en sus hogares, así que la demanda sube (y el precio, por tanto, también). Sin embargo, el pasado 1 de julio, en la región australiana de Queensland se vivió por primera vez una situación poco habitual por el día: el precio se desplomó por debajo de cero.

Así funciona el pool eléctrico

Antes de entrar en materia, es preciso describir brevemente cómo funciona el 'pool' eléctrico, tanto en España y en Australia como en otros países. Los distintos de generadores de energía acuden a un mercado mayorista para subastar su energía producida. La nuclear y la hidráulica son las primeras en entrar a esta subasta, ya que ofertan la energía a precio cero (por su baja capacidad de parada y porque ya están amortizadas). Después entran las renovables, que también conllevan coste cero (a fin de cuentas, esa energía que ofrecen no se almacena y si no se perdería).

Finalmente, entran el resto de centrales, como las de gas o carbón. Son éstas últimas las que fijan el precio. En Energía Oscura lo explican con el siguiente ejemplo:
"En un día normal, una nuclear, una hidráulica o una eólica ofertan a cero pero, si la última central de gas necesaria para satisfacer la demanda oferta a 50 euros por Megavatio hora (€/Mwh), la nuclear, la hidráulica y la eólica recibirán también 50€/Mwh"
Es decir, aunque se diga que tanto nucleares como hidráulicas y renovables entran al 'pool' a coste cero, esto no significa que cedan gratis su energía, sino que aceptan el precio que determine la subasta (marcado por la última oferta aceptada). La siguiente imagen de Oeko-Institut e.V. explica lo que ocurre en Alemania (similar a España) de forma gráfica: en el eje horizontal se refleja la demanda que hay que cubrir y ,el vertical, el precio. Conforme nos vamos desplazando hacia la derecha, el precio sube ya que vamos cambiando de fuente de energía.

Según hemos visto, puede darse el caso que la demanda sea satisfecha con energía nuclear, energía hidráulica y energías renovables, todas ellas de coste cero. En estos casos se "expulsa" de la casación a las centrales tradicionales de carbón cuya energía sí se vende por un coste.

¿Energía a coste cero o incluso negativo?

Puede darse la situación en la que, según el gráfico de arriba, toda la demanda se cubra con energía renovables (en verde). En ese caso, y en Alemania, tendríamos coste cero. En España y otros países, como Australia, la energía nuclear y la hidráulica también tienen coste cero, por lo que puede ser más habitual. Al final se coge toda la demanda y se comienza a "rellenar" con lo que ofrecen las distintas fuentes, escogiendo primero aquellas cuyo coste es más barato (como decíamos, la nuclear, hidráulica y las renovables normalmente). Si no hace falta recurrir a centrales de otro tipo, llegaríamos al coste cero.

¿Cómo puede existir un precio negativo? Este hecho en sí no es algo extraordinario: ocurre cuando, en algunos países (no todos lo aceptan), la demanda es baja y a las compañías que inyectan electricidad a la red eléctrica les sale más rentable pagar a alguien para que se lleve su propia energía que cerrar las plantas y dejar de producir. Esto suele pasar en días señalados (por ejemplo, en Navidad en algunos países) o, principalmente, por las noches. Cuando la gente duerme es normal que la demanda sea mínima. A las centrales que funcionan con carbón, una de las principales fuentes de energía, les sale más rentable derivar la energía a otra región o país o, cuando no queda otro remedio, pagar a otros para que se la lleven.

Entonces, si esto es normal, ¿por qué estamos hablando de ello aquí? Si os fijáis, hemos comentado que es normal que ocurra por las noches, pero lo que ya no es habitual es que el precio caiga por debajo de cero en pleno día. Bajo estas líneas os dejamos una gráfica que publican en Renew Economy y en la que se puede apreciar, en verde, la demanda de energía entre el 1 y el 2 de julio en Queensland. En rojo aparece el precio. Entre las 2.00 y 4.00 de la madrugada alcanzó el cero, algo habitual, pero lo inusual es que entre las 14.00 y las 15.00 de la tarde no sólo haya bajado hasta cero de nuevo sino que llegó a alcanzar los -100 dólares por MWh.




Gráfica 1: Demanda de electricidad en Queensland (en verde) y precio de la misma en el mercado mayorista (en rojo).

La energía solar, una de las causas

Para entender lo que ha ocurrido en Queensland es necesario echar un vistazo a cuál es la configuración energética de la región. Se calcula que, en la parte sur, más de 4.000 nuevos hogares al mes solicitan instalar placas solares en sus tejados. No estamos hablando de grandes terrenos cubiertos por estas placas, sino de cada vez más particulares que quieren aprovechar energías renovables. La red Energex, que opera en el sur de esa misma región, cuenta ya con más de 261.500 miembros (tanto hogares como negocios).

Es decir, cada vez hay más instalaciones solares inyectando su energía sobrante a la red eléctrica para que después sea subastada junto al resto. La consecuencia de todo esto se refleja en la siguiente gráfica, donde vemos cómo a las 11.45 de la mañana, la energía procedente de instalaciones solares alcanzó el 60% de su capacidad. Lógicamente, cuando más da el sol, de más energía solar se dispone.




Gráfica 2: Producción de energía solar en Queensland (azul)

Nos trasladamos a España para ver otro ejemplo obtenido de la aplicación que permite ver, a tiempo real, la demanda en la Red Eléctrica Española.

Demanda de energía eléctrica en España



4.30 de la madrugada: sólo el 2,8% de la energía total es energía solar, con 639 MW.
12.10 del mediodía: el 15,1% del total de la energía eléctrica es energía solar, con 5011MW.

Volviendo a Australia, el incremento en la oferta de energía producido por las renovables (que en la gráfica 2 se representaba en azul) coincide con una bajada temporal en la demanda (línea verde de la gráfica 1). ¿Por qué este descenso en la demanda? Porque ha coincidido en un día en el que no es necesario ni calefacción ni aire acondicionado, justo después del pico de demanda que existe por las mañanas cuando la gente se despierta. Esto, junto al máximo de la oferta solar, ha hecho que se desplome el precio por no existir una suficiente demanda.

Una situación que lleva tiempo gestándose

En 2010, el 'pool' eléctrico en España registró 200 horas a precio cero, todo un récord por aquella época. Cinco Días se hacía eco de este hecho y explicaban la situación así:
"¿Por qué se produce esta situación? Los expertos consultados lo achacan a la coincidencia de dos factores: por un lado, el derrumbe de la demanda, que ha provocado que las energías más caras (el gas y el carbón, que eran las que marcaban el precio marginal) no lleguen a casar en el pool y, por otro, la abundancia de agua y viento, que se ha traducido en un gran volumen de producción renovable (eólica, esencialmente) e hidráulica."
¿Significa esto que cuando un generador no vende energía no cobra nada? No. En España, percibirían el precio medio diario de las 24 horas. ¿Y el consumidor? ¿Por qué no nos sale más barata entonces la energía? La Asociación Empresarial Eólica (AEE) lo explicaba así a comienzos de año:

"De esta reducción de los precios del 'pool' no se benefician directamente los consumidores domésticos (la mitad de su factura se fijaba, hasta la fecha, según la subasta CESUR y ahora se encuentra a la espera de la reforma del sistema que plantea el Gobierno), pero sí los grandes consumidores industriales que acuden al mercado mayorista"

"La energía solar ha ganado al carbón"

A consecuencia de lo que ha ocurrido en Australia, aparecía ayer un artículo en The Guardian titulado "La energía solar ha ganado. Incluso aunque la energía procedente del carbón fuese gratis de producir, las centrales no podrían competir".

Si bien la energía procedente del carbón no es cara, lo que realmente la encarece son los costes de distribución. Siguiendo el ejemplo del diario británico, suponiendo que quemar carbón fuera un proceso gratuito (tanto las materias como el mantenimiento, etc.) a pesar de todo esta energía costaría unos 19 céntimos por kWh en concepto de distribución. Si hablamos de energía solar, este coste oscila entre 12 y 18 céntimos por kWh. Es decir: aunque el carbón fuera gratis, sería más rentable comprar energía solar. La conclusión del artículo es demoledora: "incluso en una democracia de energía, el carbón gratis no tiene valor".