miércoles, 21 de mayo de 2014

¿Tecnología 3D más real y sin gafas? Al parecer estamos cerca de ello

Si echamos la vista atrás, hace aproximadamente una década, era algo habitual tener en nuestro salón enormes televisores de tubo, pero desde entonces la tecnología ha ido evolucionando de un modo asombroso adelgazando año tras año estos dispositivos. Tanto, que hoy en día apenas nos sorprenden ya maravillas de la ingeniería con apenas un centímetro de espesor. En la actualidad, los esfuerzos de los fabricantes de televisiones están centrados en la tecnología 3D, algo que por el momento está evolucionando no todo lo rápido que nos gustaría.
Uno de los inconvenientes de las televisiones 3D es la necesidad de utilizar gafas que en ocasiones pueden llegar a resultar incómodas. Además, otra de las pegas del sistema actual es que para disfrutar al completo de la imagen en tres dimensiones debemos ver la televisión de frente, cuando lo normal es que mientras vemos la televisión cambiemos con frecuencia de postura o incluso nos desplacemos a otra zona de la estancia. En el cine, donde permanecemos sentados en una misma posición, esta tecnología sí que resulta adecuada, pero en el hogar es diferente. Con el objetivo de eliminar estos inconvenientes, investigadores del MIT Media Lab han desarrollado un sistema llamado ‘Multiperspectiva 3D’ que permitiría disfrutar del 3D sin gafas, así como tener la posibilidad de movernos a diferentes lugares de la estancia. Con este sistema se pretende lograr también que la percepción del 3D sea similar a la realidad: en la vida real, cuando una persona se mueve mientras mira a un objeto, el objeto cambia de forma y las luces y sombras varían.

Pero ¿cómo funciona?

El equipo de investigadores está haciendo uso de una tecnología conocida como ‘modulador de cristal-líquido’. Estos moduladores actúan como un filtro de luz, pero a diferencia de un filtro, estos pueden cambiar según la imagen que esté siendo proyectada desde la fuente de luz. Cuando estos moduladores son colocados en serie, sólo la luz proveniente de ciertos ángulos es capaz de pasar al siguiente modulador, lo que finalmente crea la profundidad adecuada en la imagen. La idea de los investigadores es preservar cualquier parte de la imagen que no cambie, y modificar aquella zona de la imagen que si que cambie, lo cual crearía una intensidad lumínica de gran calidad. A pesar de ello, todas las operaciones necesarias para el proceso generarían una inmensa cantidad de terabytes de información, por lo hasta ahora se requiere una enorme potencia de procesamiento.
No cabe duda de que la complejidad de este proyecto es alta. Por el momento, aún no han logrado obtener una imagen tridimensional en tiempo real, pero aseguran que están realmente cerca y su próximo objetivo es el de reducir la cantidad de terabytes generados con el fin de hacer el producto una realidad.

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