Cuando ponemos nuestro dedo sobre una pantalla táctil capacitiva, esta responde creando un evento, o devolviendo un pequeño feedback en forma de vibración, para mostrarnos que es consciente de nuestro movimiento, sin embargo, hasta el momento, los pocos robots desarrollados por el ser humano no tenían esta capacidad, así como tampoco los miembros artificiales — salvo aquellos de alta tecnología, con sensores de presión — podían transmitir al usuario la sensación de estar tocando algo. Esto podría cambiar en los próximos años gracias a los sensores desarrollados por un grupo de investigadores de Standford, capaces de “sentir” gracias a una tecnología capacitiva similar a la de los paneles táctiles de hoy en día.
El equipo ha sido capaz de crear un nuevo tipo de sensor en una sustancia parecida a la silicona y totalmente transparente, que puede estirarse y doblarse sin que con el tiempo se deforme, volviendo siempre a su forma original. Este sensor táctil está creado mediante nanotubos de carbono, que son distribuidos a través de la superficie del material elástico, haciendo que estos e organicen en forma de muelles, que pueden estirarse en cualquier dirección, y se utilizan para medir la fuerza aplicada sobre ellos. El funcionamiento de esta interfaz es muy particular; existen dos chapas conductivas colocadas en paralelo en cada lado del material flexible. Al ejercer presión sobre una, o ambas placas, la distancia entre ellas se reduce, incrementando la capacitancia del sensor, que puede ser medida y cuantificada para transmitir información exacta de lo que está sucediendo. De acuerdo con los investigadores del equipo, el sensor flexible puede detectar un amplio abanico de “sensaciones” según la interacción desde el exterior, lo que significa que podría diferenciar desde tan solo un pequeño roce hasta el impacto más fuerte, o en palabras de Darren Lipomi, miembro del grupo de desarrollo, “el doble de la presión ejercida por el pisotón de un elefante”.
La variedad de usos de un material de estas características es infinita. Podríamos crear miembros artificiales de nueva generación, que ayudasen a sus usuarios dándoles un nuevo — aunque un tanto peculiar — sentido del tacto, mejorando en gran medida la eficiencia de estas prótesis, que ya de por sí pueden llegar a ser tremendamente avanzadas.
Hasta el momento, el sensor tiene un índice de sensibilidad inferior al alcanzado en previos proyectos de este grupo de Standford, pero con el tiempo, y más empeño, serán capaces de aplicar técnicas anteriores — y nuevas — con el fin de conseguir un sensor táctil capaz de distinguir si una gota de lluvia le cae encima. Otro de los proyectos anteriores del equipo tenía tal capacidad de respuesta que era capaz de identificar el peso de una pequeña mosca de 20 miligramos, y en palabras de Zhenan Bao, profesor de Ingeniería Química de la Universidad de Standford:
Tan solo necesitamos hacer algunas modificaciones a la superficie del electrodo, de modo que podamos tener la misma sensibilidadEl video a continuación muestra a los miembros del equipo de investigación manipulando y hablando de estos sensores y sus características capacitivas.
Fuente
0 comentarios:
Publicar un comentario